ILUSTRACIÓN CIENTÍFICA Y LITERARIA
Definición de ilustración
La ilustración en el mundo del arte es la “estampa, grabado o dibujo que adorna o documenta un libro”. Esa es la definición de la RAE, pero una más completa podría ser esta:
La ilustración es un dibujo, pintura u obra impresa de arte que explica, aclara, ilumina, visualmente representa, o simplemente decora un texto escrito, que puede ser de carácter literario o comercial.
Tipos de ilustraciones
Existen muchos tipos de ilustraciones, pero para empezar podemos describir dos grandes clases:
Ilustraciones conceptuales: son representaciones metafóricas (no realistas) de escenas, objetos, ideas o teorías. Las imágenes pueden contener elementos de la realidad, pero en su conjunto tienen una forma o significado diferente.Ejemplos de ilustración conceptual incluirían historietas, gráficos, dibujos abstractos…
Ilustraciones literales: estas ilustraciones tienden a representar verdades pictóricas. Aquí hay generalmente una descripción exacta de la realidad, e incluso si la imagen representa la ficción narrativa de carácter fantástico o dramática, se hace hincapié en la creación de una escena que sea creíble. Ejemplos de ilustración literal incluirían los siguientes: foto realismo, hiperrealismo…
Ilustraciones infantiles
Las ilustraciones que acompañan a los libros infantiles ayudan al niño a conocer a los personajes que intervienen en la historia e identificarlos rápidamente y también les permite seguir la historia de forma visual, lo que les hace adentrarse en la historia y entenderla. Por esa razón, aunque la comprensión lectora infantil no sea muy alta, el apoyo del texto mediante el uso de ilustraciones se facilita la tarea de entender el mensaje les manda el libro.
Puntos básicos para hacer ilustraciones infantiles
Documentación
En esta primera fase el objetivo es conocer de una forma más cercana el tema y la historia del cuento a ilustrar. Tras la lectura del cuento, se piensa en el diseño de personajes: Unos más infantiles, otros más juveniles y con distintos niveles de detalle dependiendo del público al que está dirigida la historia.
Bocetos y diseño de personajes
En esta se realiza el diseño del personaje/s principal, el más importante y el que dará vida a la historia. Tras un estudio de varios diseños, se escoge el boceto que mejor transmita la esencia del personaje y hago una versión final a color eligiendo una paleta de color para el libro. Puede ser una gama cromática brillante y de colores vivos, incluyendo una variedad amplia y contrastada de tonalidades.
Distribución del texto y storyboard
Antes de empezar a ilustrar el cuento es necesario saber qué partes del texto son importantes y claves en la historia, escogerlas y complementarlas con la ilustración. También es importante antes de empezar, distribuir el texto a lo largo del número total de páginas que va a tener el libro. Así sabremos de cuánto espacio disponemos en el formato para nuestra ilustración. El story es básicamente una serie de viñetas que se ordenan conforme a la narración del texto. Así ajustamos de forma exacta el número de ilustraciones que necesita el cuento.
Ilustraciones científicas:
Es una ilustración literal y puede decirse que es una disciplina artístico-científica, cuyo fin es sintetizar y representar la información para que sea interpretada por un determinado público. Se trata, por lo tanto, de una aproximación visual a un concepto científico de forma precisa, clara y objetiva.
En cuanto cómo se realizan las ilustraciones, volvemos a encontrar dos grandes tipos:
Ilustración tradicional: es el tipo “clásico” de ilustración, en el que se dibuja y pinta a mano.
Ilustración digital: la ilustración digital, en cambio, usa las nuevas tecnologías (a través de diferentes tipos de software) para la producción de imágenes.
¿Qué es la ilustración científica?
- El objetivo
La ilustración científica es considerada como una disciplina al servicio de la comunicación científica: una actividad realizada para contribuir a aclarar, simplificar y objetivar determinados conceptos. Podría definirse como la forma de ordenar informaciones visuales para dar lugar a una imagen que sintetice una determinada información científica. Esta información o este mensaje sería difícil de plasmar mediante otros medios como la fotografía. Frente a esta, la ilustración científica idealiza, sintetiza y clarifica el mensaje que se pretende aportar.
- El rigor científico
La ilustración científica debe representar objetivamente y con exactitud el objeto, ya sea un animal, planta, procesos complejos, diagramas o cualquier otro elemento que requiera una representación gráfica. Es por ello que la precisión con que están hechas las formas, la escala, color, textura, y los elementos que componen el sujeto es fundamental. Una buena ilustración científica sería aquella que consiga fundir en una imagen las exigencias y necesidades científicas con la virtuosidad técnica y la interpretación artística. Debido a esto, son muchos los que consideran que esta disciplina no puede existir fuera del ámbito científico, o supervisado por él, dado que representa iconográficamente estructuras morfológicas, aspectos mecánicos y funcionales que pertenecen al área científica. Su propia denominación «ilustración científica» (es decir la ilustración que forma parte de una publicación elaborada por un científico) la transforma en un elemento semántico que complementa y completa la información, ya que en muchos casos es gracias a una ilustración correctamente elaborada que se alcanza la comprensión de los conceptos vertidos en el texto.
- La visión del artista
Por otro lado, solo los ojos del ilustrador y el científico pueden dar un acabado satisfactorio a una ilustración científica. La ilustración científica permite plasmar una realidad que a la vez es verídica y ficticia. Verídica porque con este tipo de ilustración se calca la realidad, permitiendo una reproducción fiel de la muestra. Ficticia, porque una buena ilustración científica, salvo excepciones, no copia una única muestra o espécimen y tiene que ser capaz de realizar un resumen o una generalización de todos los individuos de esa especie, o todos los ejemplares de un mismo tipo ya que no hay dos especímenes iguales. Esto último todavía no lo ha conseguido la fotografía, y es por ello que la ilustración científica sigue viva.
- Los criterios fundamentales
En la encuesta realizada por Illustraciencia se preguntó a los ilustradores científicos qué criterios consideraban como fundamentales a la hora de crear una ilustración (Hernández Muñoz, Oscar 2010). Los criterios más valorados por los profesionales de la ilustración científica fueron la focalización (80%), la objetividad (78%) y el carácter didáctico (75%) de la ilustración. Estas características plantean que la ilustración científica debe centrar su atención hacia un determinado elemento, transmitir de manera objetiva el conocimiento siempre con el objetivo de explicar de manera clara determinados conceptos.
- Los errores más comunes
Uno de los errores más comunes es confundir ilustración científica con dibujo naturalista, e incluso con hiperrealismo. El límite entre estas disciplinas es tan sutil como problemático y ha suscitado gran debate entre los profesionales de la ilustración. Más allá de esta discusión semántica sobre el significado de cada rama, existe cierto consenso sobre determinados puntos mediante los cuales la ilustración científica pierde su estatus como tal.
Uno de los errores más comunes que se comenten en este ámbito tienen que ver con la subjetividad a la hora de realizar e interpretar una ilustración. El principal problema con el que nos podemos encontrar tiene que ver con un exceso de subjetividad del autor de la ilustración, confundiendo la función divulgativa de la obra con la realización de un dibujo personal. La ilustración científica se realiza para contribuir a expresar algo que un científico, grupo de investigación, museo, una editorial o un medio de comunicación necesita divulgar. No es una imagen creada en sí misma ni para su autor. Por lo tanto, poner por delante lo estético frente a lo funcional es un grave error. Una ilustración científica tiene que ser precisa y a la vez ser visualmente atractiva.
Otro error frecuente es otorgar excesiva importancia a la fidelidad a algunos aspectos de la imagen real, restándole importancia a la síntesis del concepto que se intenta transmitir. En ocasiones vemos excelentes obras en las que se han trabajado tanto aspectos coyunturales (como la luz ambiental) que acaban adquiriendo connotaciones más de obras de arte que de ilustraciones científicas puras, diluyéndose el contenido científico en pro de otras consideraciones de carácter estético. En el polo opuesto, en ocasiones se prescinde demasiado de los aspectos estéticos y el autor se centra casi exclusivamente en la veracidad científica del objeto ilustrado. En estos casos nos encontramos con obras que pueden ser muy funcionales en el ámbito estrictamente académico, posiblemente no lo sean tanto en el divulgativo, uno de los grandes ámbitos de la ilustración científica.
Además, dentro de la ilustración científica también se comenten errores en cuanto a la falta de lógica en colores, patrones y códigos, la falta de coherencia entre la temática y el formato elegido, el desconocimiento de los códigos de cada disciplina, las incoherencias en cuanto a proporción y perspectiva, el uso de vocabulario o símbolos de difícil interpretación, la ausencia de escalas gráficas, entre otros. Por ejemplo, la ubicación del ejemplar siguiendo la estética, en vez de los códigos adecuados para el grupo en cuestión, es uno de los errores más comunes.
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